Incluso si Obama se instala en la presidencia, o si lo hace Clinton, las contradicciones fundamentales en el corazón del imperialismo norteamericano permanecerían. Por ejemplo, sobre una base burguesa, la situación en Oriente Medio, en concreto el conflicto palestino-israelí, es intratable. Esto se resalta en el reciente intercambio de cohetes, “ojo por ojo”, a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel, el bombardeo a Gaza y la reacción de las masas palestinas, no sólo en Gaza si no también en la Franja Oeste (Cisjordania). Gaza es en la actualidad la prisión al aire libre más grande del mundo. El tercer y el cuarto mundo coexisten en la difícil situación de las masas palestinas cuando se enfrentan a la posición de Israel. Los ingresos medios de los palestinos son de 800$ por año, frente a los 24100$ de los israelíes.Las explosivas tensiones de Gaza han dado como resultado por una parte, la fuga de población hacia Egipto y, por otra, los ataques en Jerusalén a los árabe-israelíes. Antes de estos hechos, la ira de las masas palestinas era febril, dando lugar a manifestaciones conjuntas de los seguidores de Fatah y Hamas en la Franja Oeste demandando un frente común contra Israel. Esta rabia contra la opresión del Estado de Israel ha provocado seguramente un retroceso del apoyo a la solución de “dos estados”, al menos por parte de los palestinos. Esto a su vez ha permitido un resurgimiento de la “opción sudafricana”. El crecimiento de la población palestina es muy superior a la de los israelíes- si se comparan a la vez la Franja Oeste y Gaza con Israel. Por lo tanto la idea de “una persona, un voto”, como ocurrió después de la liberación de Mandela en la década de 1990 en Sudáfrica, está ahora sobre la mesa, aunque en gran parte apoyada por la burguesía y la pequeña burguesía. Incluso Olmert, el Primer Ministro israelí, ha usado este hecho para asustar a la población israelí a la hora de hacer concesiones a los palestinos, incluyendo las concesiones territoriales en la Franja Oeste. La solución de “dos estados”, afirma Olmert, es el único camino de evitar la “opción sudafricana”.Sin embargo no existe perspectiva real de que la clase dirigente israelí conceda a los palestinos “un voto por persona”, como si esto llevara efectivamente al desmantelamiento del Estado judío. Por otra parte la población palestina nunca aceptará la presente situación.
Sólo la clase trabajadora de la región, especialmente sus componentes importantes de Egipto e Israel, son capaces de mostrar el camino que salga de este punto muerto. Fuera de esto, veremos la espiral mortal y violenta del “ojo por ojo” que ha marcado continua y profundamente la región en el último periodo. Los trabajadores egipcios, a través de la reciente ola de huelgas, han infligido más terror a la clase gobernante de Egipto y de toda la región que los islamistas, incluyendo la principal fuerza de oposición en Egipto, los Hermanos Musulmanes.
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